Alejándose de Las Noches.

Tras alejaste lo más que sus fuerzas le permitieron del nuevo castillo de Las Noches, la bestia arrancar simplemente se desplomo entre la arena, sus fuerzas aún se encontraban menguadas desde la batalla en la Sociedad de Almas y tantos nuevos acontecimientos y noticias no le habían permitido reposar adecuadamente. Prefería yacer en medio del desierto rendido a su propio cansancio que regresar al hueco de debilidad que representaba Las Noches y soportar el hedor de los intrusos.

-Vaya ¿Y ahora qué harás?- dijo para sus adentros en un suspiro mientras recuperaba fuerzas y pensaba que hacer y a donde se dirigiría, por segunda vez en su existencia había sido desterrado de su propio hogar, mas esta vez por cuenta propia. Observando la luna mientas se encontraba tendido de espaldas no pudo dejar de sentirse hipnotizado por su encanto, en esos momentos no quería pensar en nada, solo deseaba descansar y dejar que la helada arena blanca lo atrapara en un profundo sueño.

Unas suaves pisadas de pies descalzos y femeninos se marcaban en la arena, la brisa era fría, tal y como debía ser, y curiosa pues movía las telas transparentes que apenas si cubrían las piernas de la Espada y junto con ella se removía la cabellera lila, larga y lisa que parecía un mar de un color peculiar - Hermosa... no es asi?- comentaba parándose a un lado del lobo, y mirándole con aquellos ojos grises, que luego de hablar, se desviaron a la Luna - ¿te molesta mi compañía? - preguntaban los labios negros de la mujer de escasos ropajes, que prefería esperar la respuesta, antes de siquiera pensar en sentarse junto a él, era un lobo de carácter firme, digno de admirar ahora que los Espadas ya no eran tan feroces como antes y respetarlo es lo mínimo que puede hacer para entenderle.

Sobre la blanca arena reposaba casi de forma descuidada, dejándose llevar por su cansancio e intentando extinguir su frustración ante lo vivido, hasta que escucho una voz familiar y un aroma conocido. La joven arrancar que lo había acompañado al Mundo Humano no hace mucho tiempo.

-Sí, es hermosa- respondió aun dormitando sin alertarse demasiado, por alguna razón confiaba en ella y si había sido enviada por el usurpador lo averiguaría pronto –La luna me tranquiliza y me permite reflexionar con mayor lucidez – confeso el arrancar canino, cuya disponibilidad para hablar podría sorprender a la mayoría, ya que consideraba que la charlatanería en un batalla o entablar conversación ante un enemigo solo era un pérdida de tiempo y proporcionaba al adversario el tiempo suficiente para elaborar algún tipo de contingencia –Y no, no me molesta en absoluto tu compañía, quizá a excepción del aroma imprecado por los intrusos en nosotros- dijo al tiempo que levantaba la parte superior de sus cuerpo, quedando sentado en la arena aun intrigado por las intenciones de la recién llegada –Dime niña ¿Qué concluyeron el resto de los Espadas?- pregunto esperando una respuesta que ya se imaginaba de antemano y con la cual no deseaba lidiar pero tendría que hacerlo.

Volvió la mirada hacia él con una sonrisa tranquila, había respondido a su pregunta más importante, de la forma más apropiada, no había cosa que adorara más, que la compañía de alguien que supiera detenerse a admirar la Luna como ella lo hace cada que tiene tiempo para ello. Escuchó las palabras del lobo y al verlo sentarse, curioso por lo dicho en la reunión, decidió sentarse a su lado, dejando las piernas hacia un lado en manera femenina - Okami... - suspiró un poco y bajó la mirada - a pesar de la procedencia de aquel hombre y de su carácter un tanto más humano de lo necesario, al parecer obtuvo la aprobación de la mayoría - hizo una pausa y levanto los ojos para mirarle - no se que tan bueno sea eso... el hombre nos contó sobre un pasado de torturas producidas por la Sociedad de Almas, en su propio capitán... y eso que a nosotros se nos califica de crueles - soltó una leve risa, algo irónica - si lo que él dice es cierto, al menos tiene reales motivos para destruir a la SS, el poder para llevarlo a cabo y un plan bien formulado... lo extraño es - volvio a desviar la mirada, como quien recuerda algo importante - que no es como los Amos de otros tiempos, nos ha pedido aprobación y nos ha dado respeto.. bueno, dentro de lo que pudo y eso no se como tomarlo... - tomó entre sus dedos algo de arena y la soltó dejando que el viento la llevara en dirección sur, justo entre ellos dos, una de sus tantas acciones sin motivo aparente que para ella tienen gran significado.

Escuchaba cada palabra sin perder detalle a pesar de no apartar la vista posada en la luna, y por lo visto todos los espadas habían aceptado sin más al intruso. No podía comprender que pudo haberles prometido para una sumisión casi inmediata pero no dejaba de desagradarle la idea de una rendición, por parte de la elite de Hueco Mundo, tan patentica, ni una sola queja, ni un solo respingo de los supuestos seres indomables de un mundo frio

-Comprendo, se rindieron ante él sin dar la más mínima lucha- dijo con aires de desilusión ante tal pensamiento, la furia había sido superada por decepción- Por lo visto los actuales espadas se rendirían ante cualquiera que viniese a reclamar el trono- dijo melancólicamente al pronunciar tales palabras que hubiesen oprimido su corazón de poseerlo todavía –Los Espadas han caído demasiado bajo, se han convertido más que en simples seres asustadizos deseos de un ser que guie sus pasos temerosos, sin impórtales quien sea- continuo sin apartar la vista del firmamento perpetuamente nocturno -Dime pequeña ¿Qué fue lo que te ofreció a cambio de tu lealtad?- pregunto de nueva cuenta a la arrancar aun sin comprender como que lo habían aceptado sin más.

Dibujó una leve sonrisa en el rostro al oir la última pregunta y volvió los ojos a la Luna, respondiendo - ¿ y quién ha dicho que yo le di mi lealtad? - el hombre Surota, a pesar de hablar como líder, aún tenía mucho que demostrar antes de ganarse algo que para Nasspiel significaba todo en su vida, que la marcaba hasta su muerte si en algún momento daba su palabra a alguien, de merecer la lealtad de una mujer como ella. También se sentía un tanto decepcionada pero cada Espada sabe como mueve sus pies y a donde lleva sus ojos, es decisión de cada quien aceptar o no la guía de un completo extraño, pero eso no significaba que tomaría armas contra el hombre, como quizás el mismo lobo haría con su carácter tan volátil, pero no le dejaría solo de ser necesaria.

La presencia del espectro se haría notar en aquel lugar puesto que no intentó esconder su reiatsu en ningún momento y así buscando aquel reiatsu que tanto le había impactado en la sociedad de almas siguió el rastro además la presencia de la otra mujer espada hacía aquel punto muy fácil de encontrar. Apareció de un shunpo a varios metros de los presentes para ir poco a poco acercándose hasta ellos. Su mirada era mas sospechosa que nunca al escuchar las palabras de la mujer a su llegada, no hacía fata ser un genio para adivinar de quien estaban hablando aunque era lo mas lógico tras los acontecimientos pasados y recientes.
-Parece ser que las ratas a la sombra son muy valientes y conspiradoras por lo que veo, mas lo que veo es aun mas patético, el espada que destruiría la sociedad de almas tirado en la arena, eres sin duda el mas patético y pesimista de todos, mas vengo a por lo que me pertenece, tu nombre y tu historia, si te niegas tendré que pagarte con la amabilidad y gala que me demostraste en la sociedad de almas...-Terminó de andar hasta quedar a solo un metro quizá dos del Espada licántropo.
A la espera de sus palabras el espectro lo miraba altivo, clavando su mirada en la del lobo. No tendría la menor compasión hacía él, mucho menos hacia la mujer si se le ocurría por algún motivo entrometerse en sus asuntos.

La conversación fue abruptamente interrumpida por la presencia del intruso auto proclamado como nuevo soberano absoluto de Hueco Mundo, sin duda sus energías había aumentado significativamente desde lo acontecido en la Sociedad de Almas. Antes sus palabras el Espada se incorporó de inmediato, de forma paulatina y sin signos de hostilidad, ya que el intruso venía a reclamar lo prometido, aun cuando no reconocía su supuesta autoridad mantendría su palabra sobre su identidad y nombre.

-Mi historia es algo que ni siquiera yo conozco por completo- comenzó con la narrativa mientras sacudía la arena de su ser - Simplemente aparecí un día en el Rukongai donde aprendí mi primera lección de vida casi de inmediato: “El hombre es débil y temeroso de lo que no entiende”- dijo al tiempo que contestaba a la mirada desafiante de sus oyente – Fui perseguido sin descanso en aquel lugar, no los culpo, en aquel momento yo era el débil y temeroso, estaban en su derecho como los más fuertes. De esas cacerías me fue otorgado un nombre por los mismos que me acechaban, de la forma en que se me nombraba una y otra vez: “Okami”- sonrió al recordar lo absurdo de la situación y como estúpidamente había escogido un nombre en base a eso- Esa fue la forma en la que obtuve uno de mis nombres. Debía haberme conformado con eso, una palabra que podía identificarme y me proporcionaba identidad, pero no fue suficiente, por lo que adopte el apellido del único ser, según las historias contadas, semejante a mí, un antiguo capitán del gotei 13: Komamura Sajin, quizá logres identificarlo- dijo al ex capitán frente a él para proseguir dejando la pregunta al aire –La estancia en la Sociedad de Almas fue corta en relación al poco tiempo con mis primeros recuerdos, fui arrastrado a Hueco Mundo por algunos Hollows, sirviendo como juguete para su entretenimiento, tampoco culpo a ninguno de ellos por eso, simplemente me enseñaron la verdad más grande que existe “Solo el fuerte sobrevive, los débiles solamente sirven como escalones para los más actos y la felicidad es rara y escasa como la más bella gema y por lo tanto debe ser arrebatada al que la posee para poder tenerla uno mismo”. Una lección que agradecí a mis captores con la muerte- nuevamente sonrió ante el recuerdo y saboreo internamente su primer asesinato, realmente se sintió bien –Como veras no culpo a la Sociedad de Almas por mis desgracias, ni a Hueco Mundo por mis penas, los que lo hacen simplemente usan su historia como una patética justificación para cumplir sus ambiciones y metas egoísta, usan su supuesta triste historia como excusa para sacar a flote su verdadero ser, la oscuridad y vacío que habita en su alma y disfruta haciéndolo aun cuando lo escondan tras la bandera de la venganza o justicia. Yo hago lo que hago porque lo disfruto, me llena de satisfacción consumir en fuego sus despreciables vidas, los que me persiguieron posiblemente ya no existan por lo que una venganza carecería de sentido al culpar a los que no tuvieron nada que ver, pero eso no hace menos dulce ver las miradas de horror y desesperación de mis presas- saboreando las imágenes en sus cabeza de victimas pasadas, mostrando sus largos colmillos al continuar con la sonrisa comenzada unos momentos atrás- Si, mi única motivación es el deleite de destrozar los sueños y futuros de los demás, incluso de los mismos Espadas si se atreven a olvidar la verdad máxima- realizo una pausa a explicación con el propósito de dar oportunidad al ser ante el de expresarse.

El señor de la oscuridad y dueño del averno hueco mundo no pudo evitar fruncir su ceño al escuchar la historia del licántropo, sin embargo ahora sabía su nombre, Komamura Okami. Una sonrisa se fue dibujando en su rostro cuando su allegado se permitió opinar de aquellos que buscan venganza y justicia por el daño recibido a lo largo de su vida. Mas prefirió permanecer callado por un instante ya que Okami parecía muy satisfecho al contar aquellas cosas y no le interrumpiría de momento.
"En verdad me ha tocad vivir con un grupo de espadas muy pintoresco..."Pensó mientras escuchaba las últimas frases del espada que así al fin dejó un ligero espacio de tiempo que Hantei no dudó en aprovechar.
-Tu teoría sobre el fuerte y el débil es tan antigua como hueco mundo, y como tal a día de hoy carece de todo sentido, los débiles se hacen fuertes día tras día, antes eras débil y te volviste fuerte, no obstante el deseo de venganza o de justicia que cada hombre libre albergue en su interior es algo de lo que nadie puede opinar, ni siquiera aquellos que han probado la justicia...-Hizo una leve pausa en la que extendió su mano negramente vendada.
-Dices que vives destruyendo los sueños de los demás y no crees en la esperanza pero eres demasiado ingenuo, piensa bien en las propias palabras que acabar de decir...En realidad sueñas con el sufrimiento ajeno y tienes la esperanza de seguir haciéndote fuerte para seguir infringiendo mas dolor y muerte a tu alrededor, si lo que mas deseas es poder y victimas a las que destrozar yo tengo mucho que ofrecerte Okami, señor de la destrucción...-Un ligero viento de siniestralidad recorrió el cuerpo del espectro que con una macabra sonrisa enunció finalmente.
-Para mi la verdad máxima reside en lo que un hombre puede y no puede hacer, si eres capaz de seguir mis órdenes podrás llegar a aniquilar todo aquello que este a la vista, podrás comandar ejércitos y hacer sentir la desesperación de tus enemigos, ahogarlos en gritos de muerte y dolor y destruir y quemar todo aquello que se te antoje, yo te apoyaré y te brindaré los medios necesarios, por otra parte puedes no aceptarme como tu aliado y seguir con esos primitivos pensamientos mas así solo conseguirás engañarte a ti mismo, yo moriría encantado mientras pudiera llevarme a muchos conmigo al infierno, no opinas lo mismo Okami?-Bajó su mano de nuevo junto a su cadera a la espera de las palabras del espada.

Nuevamente el hombre había aparecido, con su típica agresión hacia ella, al parecer había que hablar con más cuidado pues las opiniones opuestas no eran respetadas sino definidas con repulsión, pero ella sabía la definición de prudencia y en ese momento en que los caballeros discutían un asunto privado, le desvió la molestia escuchar a Okami hablar sobre su historia, quizás ella no se había ganado el honor de escucharla pero al menos conocía al lobo y si no hubiese querido su presencia, sencillamente le habría pedido irse "que curioso..." meditaba las palabras del lobo una por una, sólo se levantó a mitad de la narración y sacudió la tela transparente que le cubría a medias las piernas deshaciéndose de la arena, manteniendo los brazos a los lados y los ojos grises en Okami, escuchando sus palabras llenas de pasión por la muerte.

Se mantuvo en silencio, no es una dama de muchas palabras, por lo que aquellos labios negros se mantuvieron cerrados, su respiración serena y en su mano una campana pequeña de metal, que había llegado a sus manos de forma imprevista, por si las cosas se calentaban más de lo necesario y entre dos seres tan brutales, terminaba una dama con necesidad de esfumarse o perecer entre la rabia.

Escuchando las cada palabra y frase de intruso con atención podía formular de mejor forma su carácter actual, algo que lo intrigaba ya que se diferenciaba ligeramente del hombre que había conocido con anterioridad. Tras poner la debida atención a su interlocutor todo parecía indicar que no había comprendido del todo al lobo.

-El ingenuo eres tú- reprocho tal frase al ser frente a él –No he dicho que desprecie los sueños y esperanzas de los débiles, mas no me confundas, no los aprecio o los odio por tenerlos o simplemente por ser débiles físicamente ya que la mayoría no ha elegido serlo, al contrario de los Espadas que poseen poder y aun así muestran debilidad con su sumisión- contesto a las palabras de espectro queriendo dejar en claro su postura ante el mundo y su interpretación personal de su verdad –Conozco tu fuerza y poder gracias a haber luchado contigo y te respeto ¡Pero ellos no!- apuntando con su garra en dirección al castillo de Las Noches -¡No tienen excusa! de mostrar rendición ante un desconocido que les ha atado una correa al cuello sin siquiera comprobar si posee realmente el poder para cumplir sus promesas ¿Quiere decir que se inclinaran ante cualquiera que gruña lo suficientemente fuerte y se imponga sin vacilar? He ahí donde radica la debilidad, en la falta de voluntad y la capacidad de alzar la voz sin importar si poseen el poder o no- hizo una pequeña pausa para calmar sus instintos de ira ante la idea que planteaba para poder continuar con lucidez en sus palabras –La fuerza y el poder no es lo mismo shinigami, la fuerza es el carácter y voluntad férrea de emplear lo que se posee, ya sea poco o mucho, para lograr metas y ambiciones, el poder son solo recursos, inservibles si no se tiene la convicción de usarlos adecuadamente ¿Qué es más poderoso shinigami, la espada o la mano firme que la empuña? – Preguntó retóricamente para continuar de terminar de plasmar su ideales y pensamiento – No shinigami, no te seguiré porque aquel que me domine tendrá que ser el más fuerte y tú sigues a alguien más- refiriéndose al extraño enmascarado que interrumpió en la cámara de los espadas –No entregare mi lealtad a alguien que doblega su voluntad a otros, muéstrame que me equivoco trayendo la cabeza del enmascarado y te seguiré hasta el mismísimo infierno o demuéstrame que tu fuerza es mucho mayor a la del él y encontraras en mi al soldado más fiel, a tu perro de guerra-

Hantei al fin pudo conocer las verdaderas intenciones del arrancar, quería comprender del todo cual era el cometido de aquella bestia y al fin podía comprender el porqué de su enojo y desacuerdo.
-Pareces muy seguro de tus palabras, mas si te ofrezco poder es porque comprendo que tu mano sería capaz de empuñar la espada que te ofrezco...-Comentó y siguió escuchando todos y cada uno de los argumentos que el licántropo decía cada vez con mas pasión.
-Comprendo tu punto de vista Okami, pero me pides la cabeza del hombre que conoce el camino a las 4 reliquias de la muerte y que de las 4 posee una de ellas, su muerte no beneficiaría a nadie, mas me pides que luche contra el hombre que me ha dado el poder y los medios, es inaceptable, yo domino hueco mundo no Kiryu, que no se te olviden nunca estas palabras, mas si lo que deseas es que pruebe mi poder acompáñame a la sociedad de almas, elige al oponente que desees o incluso a un grupo de oponentes, pero por cuestiones de estrategia militar no puedo ofrecerte ese combate que anelas, Kiryu es un excelente aliado que controla los espectros, deberías ser capaz de comprender ciertas cosas que no puedo permitirme en mi posición...-Dijo el espectro al tiempo que luego dijo con resentimiento.
-No vuelvas a llamarme shinigami, nunca mas lo seré, soy un espectro, Surota Gyakusatsu, no quiero que seas mi perro con correa, no quiero que me jures tu lealtad hasta la muerte, solo quiero que me sigas en el campo de batalla, que compartas mi odio hacia la sociedad de almas y hacía los débiles elige lo que quieres y te lo daré, puedo enfrentarme al oponente que desees, y puedo demostrarte en cualquier momento que quien domina este lugar soy yo y no kiryu Kyosuke, el no os manejará nunca mas, las ordenes las doy yo, si os da una orden sin mi permiso entonces si me enfrentaré a él, soy yo quien os pidió la alianza, soy yo quien traicionó a sus semejantes y se corrompió para estar a la altura lo perdí todo con la intención de recuperarlo al lado de tan fieles guerreros, que me dices Komamura Okami?-Terminó de decir esperando la respuesta del Espada.

El arrancar no pensaba llegar más lejos y discutir eternamente por un punto de vista, lo desesperaba por lo que realizaría su última explicación –Sigues confundiendo la fuerza con el poder- manteniendo la mirada firme al espectro ansioso por demostrar su poderío – Rei Miyamoto cuenta con un poder mayor al mío y aun así es más débil que yo o incluso que ella- dijo apuntando a la silenciosa oyente y mencionando a la primera espada como ejemplo de como un ser con tanto poder puede ser tan débil -No demando que demuestres poder, ya lo he visto con anterioridad, pido que muestres tu fuerza ante él, dices que tu mandas en Hueco Mundo, felicidades, pero ¿Quién domina sobre quién?- espero la respuesta, las últimas palabras del antiguo shinigami habían llegado al Espada, sabía que es lo que quería hacer y su planes contaban con gran lógica y razonamiento pero no marcharía al campo de batalla al lado de alguien que se doblega ante otros sin luchar.

El espectro estaba bastante cansado de hacer comprender su punto de vista hacía Kiryu mas el lobo solo quería que peleara con él, y desde luego el joven espectro no tenia ningún motivo para alzar su espada contra Kiryu, por lo que desistió en hacer ver al Arrancar que esa batalla a estas alturas era totalmente innecesaria.
-Mi relación con Kiryu es la de maestro y aprendiz ya que hace muy poco que soy espectro y solo el conoce aquellos secretos que necesito desvelar, mas en unos pocos días eh de atacar la sociedad de almas, combatir contra Kiryu solo por demostrarte mi poder no serviría de nada, quedaría débil e indispuesto para el apocalypsis que se avecina, no me doblegaré ante nadie, ni ante ti, ni ante Kiryu ni ante cualquier ser o ente que ose desafiar mi fuerza...-Dijo elevando al máximo su reiatsu, extendió los brazos y con un fuerte tono de voz pronunció.
-Yo soy Surota Gyakusatsu, el señor del genocidio y la masacre, soy el castigador eterno y señor de la oscuridad...-La luna del desierto se fue tapando por unas negras nubes oscureciendo el lugar poco a poco.
-El día del juicio está próximo, el sufrimiento y la muerte son inevitables, si quieres que te demuestre mi fuerza sígueme a la batalla, se mi aliado y de primera mano comprobarás que no soy capaz de doblegarme ante nadie, ni siquiera ante mi maestro, cuando llegue el momento de saldar deudas serás testigo de primera mano de mis atroces actos, pero la batalla que deseas presenciar es prematura, es tu elección Komamura Okami, mas no puedo permitirme mas tiempo en charlas como esta, eh de cumplir mis objetivos e iniciar los preparativos para la mayor pesadilla que se desatará en la sociedad de almas, piensa en mis palabras y cuando invoque a los espadas para el ataque si vienes comprenderé que estas dispuesto a comprobar si poseo la fuerza de la que hablo, si no vienes a luchar a mi lado aceptaré que para ti no soy digno de tu hermandad en el campo de batalla, mi fuerza no conocerá límites no habrá shinigami o hollow, vizard, espectro o cualquier demonio que puedas imaginar capaz de impedir mi llegada, en tu poder está el creerme, y mientras sea indomable e inquebrantable la luna seguirá oscurecida como muestra de mi fuerza, el día que me doblegue ante algún ser la luna volverá a brillar y significará que eh dejado de ser quien soy, recuperate hermano, pues sería todo un honor y un privilegio contar con tu espada el día del juicio...-Terminó de decir y entonces su mirada fue dirigida hacía la espada que se mantenía expectante.
-Necesito hablar contigo Nasspiel Merak, sígueme al castillo de las noches hay algo que deseo tratar contigo y es de vital importancia para mí, y lo mas probable es que lo sea también para ti...-Finalizó para de un shunpo comenzar su recorrido hacía el castillo.

El hombre había terminado su discurso de gran señor y amo, con efectos naturales que eran innecesarios pero le dieron un toque interesante a las palabras "exagerado pero apropiado" meditaba subiendo los ojos para ver que las nubes tapaban la Luna, su amada perla del firmamento y sus ojos bajaron a mirar al caballero esperando que todo fuera una metáfora y no que la Luna se quedara de esa forma o habría que matarlo

- vaya al menos ya no soy una rata, tengo nombre - sonrie ironicamente y mira a Okami - guerrero, nos veremos pronto, buenas Lunas - le dio una leve reverencia con la cabeza, por su paciencia y compañía, y se retiró dando una campanada con su zampa y abriendo un portal dimensional que se cerró tras de ella.

Un momento de paz antes de la tormenta, tumbado en las blancas arenas del desierto sus heridas habían por fin sanado por completo sin dejar rastro, el usurpador se había marchado junto a la otra arrancar y lo habían dejado solo con sus inflexibles pensamientos acerca de cómo debía ser el mundo. Levantándose para continuar su andar le fue posible detectar la presencia de un shinigami en la cercanías junto con la de la arrancar llamada Nasspiel, resultaba un poco inexplicable el cómo había llegado a Hueco Mundo pero últimamente muchas cosas lo eran.

Sin duda una buena oportunidad de una buena pelea, una agrupación de energías shinigami y una aparente hollow, por lo que sin vacilación alguna el arrancar licano se dirigió presuroso a su encuentro.