Ida y vuelta al infierno

La fuerza del impacto terminó haciéndolo chocar contra un edificio que solo se mantenía en pié gracias a que la pared maestra seguía intacta.-Ahhh!- Chocó contra el techo rompiendo parte de él y cayó sobre este quedando su espada unos metros alejado de él. Quedó tumbado por un segundo.
OST Del Momento
Cerró los ojos por un instante respirando hondo, y su cabeza empezó a reproducir en su mente lo ocurrido desde el inicio, repasando los fallos de sus acometidas, pero no tenian.
"Mis ataques, rápidos, fuertes y bien situados...No es que no esté concentrado...En realidad el poder espiritual que posee es impresionante...Pero no es perfecto...Solo eh de buscar la manera de que pierda el ángulo de visión para atacarle, y tras unos fuertes y precisos golpes en donde la armadura es más débil lograré igualar el resultado que hace tan solo un rato hice al cortarlo por la mitad..."

Hantei, con una fe renovada se levantó del suelo, alzando la vista a alejados metros, viendo como las llamas aun formaban aquel pilar que cubría al espada. Dio media vuelta y tomó su espadón del suelo para colocarlo en el enganche de su espalda y saltar adentro del edificio. No tardó en llegar a la despensa y abrir una tinaja de agua, el calor y opresión del coloso no se notaban allí por lo que el joven capitán bebió agua para saciar su gran sed y recuperar el aliento. Cubrió de agua sus heridas que del calor desprendieron un gran vapor, y las leves quemaduras que sufría se calmaron lentamente. Mezclo un ungüento de agua y patatas, que al pasarlas por encima de las quemaduras absorbían todo calor posible y mitigaban el dolor del capitán, que mientras recuperaba lentamente la compostura, no pudo evitar la caída de sus lágrimas, pues la masacre que había acontecido sus ojos era algo nunca visto, quizás por ningún shinigami.
"El fuego ha desaparecido, ya debe de estar buscándome..."Pensó este al secarse las lágrimas, ya que con su reiatsu intentando ocultarse al máximo posible, seguía tratando las quemaduras.
Terminada dicha tarea, uso fina tela para cubrir el corte mas considerable en su cadera, y la cinta azul de su cabello fue lavada y tras colocar otro liso paño en su cabeza para que la herida pudiera transpirar la volvió a atar a su frente.
"No puedo salir así...No tiene sentido ir perdiendo cada vez mas ropa, sino al final lucharé desnudo..."Pensó buscando entre las habitaciones y el polvo algo que ponerse.
Encontró una hakama negra de pantalones y cuerpo, no tenia el forro interior blanco de la túnica shinigami, pero tras el último fogonazo a Hantei solo le quedaba la parte de la cadera de su ropa, mas bien parecido a un amasijo de tela en función de taparrabos.
"Si no puedo vencer...no lo haré, pero no dejaré que pisoteen los sueños de mis antepasados, los sueños de Yamamoto Genryusai, Yamato Yagi, Senkai Akechi, Karn Ginban y de mi maestro Katsushiro Ouka...La gente ha de vivir sin odio y sin miedo...La fuerza de voluntad que une a la gente debería de poder abrirles los ojos, pero si no se consigue alguien deberá proteger a los demás, y daré mi vida por ello si es necesario..."
Su hombrera fue colocada con muchissima decisión por encima de la ropa, y los vendajes de sus manos fueron sustituidos por otros. Con el cuerpo atenuado y habiendo saciado su sed el capitán creyó haberse estabilizado tras el shock de haber creído ver a Teohkles.
-No queda otra...Si Ouka pudo...Yo también!-Sus ojos que miraron fijamente el techo se mostraron afilados y el azul brillo se tornó cálido y a la vez oscuro.
-No busques más Teohkles! Estoy aquí!.
OST Del Momento
Gritó desde el escondido edificio entre cientos de miles de edificios, y de golpe salió de este por el techo, rompiéndolo y haciendo que tras su acometida hacía el cielo para posarse en el aire y buscar a su enemigo el edificio hasta ahora refugio se desplomara en escombros y polvo.
"Las casas pueden reconstruirse, los campos se pueden volver a sembrar...Pero las vidas no se pueden recuperar... "Pensó mientras su gesto se tornaba iracundo y rencoroso, empuñando su espadón con ambas manos. Los efectos de la furia del bankai latían en su interior listo para ir tras su enemigo, pues su gran tamaño era muy fácil de ver, y aunque solo había estado un par de minutos dentro de la casa, su oponente no se habría quedado quieto, pero la hora de la verdad estaba próxima y empezaría así la verdadera batalla, con Hantei lanzándose a toda velocidad contra su enemigo, a un rango de altura donde estaría su cabeza de tenerlo enfrente.

OFF:

Spoiler:

La explosión nublo sus sentidos por un instante, las impenetrables llamas no le permitían escuchar más allá de la cortina de fuego, más el dolor sí que podía sentirlo, un corte en uno de sus tobillos desbalancearon su inmensa masa obligándolo a precipitar, de nueva cuenta, una de sus rodillas a tierra, pero su satisfacción residía en la exterminación del shinigami por lo que por un segundo sonrió y se regocijo por su logro, una sensación agridulce de victoria y derrota, hasta que el estruendo se debilito y la voz de su oponte se logró escuchar a lo lejos llamándolo de forma extraña.

-¿Así que no has muerto pequeño shinigami?- dijo intentando ocultar la furia originada por su fracaso. Poniéndose inmediatamente en pie se encamino hacia él, a paso fuerte y lento características que su enorme tamaño le proporcionaban, sacrificios y beneficios de su titánica apariencia.

Los alrededores eran muy diferentes a lo que la bestia podía recordar sobre la apariencia del Rukongai, a pesar de la destrucción reciente lograba verse un estilo de vida superior a que vivió durante sus días en la Sociedad de Almas –Muy bien shinigami, has logrado irritarme pero ya no más- expreso al tiempo que su andar se dirigía hacia él y la segunda esfera infernal se encamino velozmente en dirección a su presa – ¡Te arrastrare al infierno y sentirás la desesperación de los condenados!- grito el caminante ardiente en su cojeante andar, endureciendo por completo su piel, demostrando el inexpugnable hierro del Espada más fuerte.

Spoiler:

La voz de su oponente no se hizo esperar, tan colosal como el capitán lo recordaba hacía unos instantes se abalanzaba contra este mostrando su gran ser y al parecer una renovada energía o ira, por llamarlo de alguna forma. Mas el joven que con rapidez se dirigía hacía la cabeza de su oponente ya había trazado un buen plan para acabar con este.
-Necesitarás 100 años de infierno para matarme! Soy el capitán del 11º escuadrón Shao Kung Shun Xian Xiang no lo olvides!-Gritó llevado por la ira el joven de oscuros cabellos y brillantes ojos cuando al estar lo suficiente cerca de su enemigo este no tardó en mostrarse mucho mas irritado al no haber acabado con él momentos anteriores a la actual confrontación.
-Buena jugada...-Dijo el shinigami sonriendo, que tras la última silaba desapareció de golpe apareciendo delante de la cara de su rival.
-...Pero no lo suficiente!-Y con tal grito lanzó su espada directamente contra el yelmo, para así desaparecer de golpe de nuevo.
La espada no impactó en la cara de este como quizás pensaría, paso a modo de jabalina de largo en camino a estrellarse contra la pared de un edificio situado en ruinas tras el colosal espada.
-Hadoh no yon Byakurai!-Gritó el capitán que bajo las piernas de su oponente señalo con su mano hacía la entrepierna de este para realizar un último shunpo y chocar contra la pared para retomar su espada en el aire y saltar hacía el cielo buscando el confundir a su oponente, su velocidad le daba cierta ventaja contra el lento pero brutal enemigo.
-Cuéntame tu historia Espada!-Gritó el capitán desde lo alto en el cielo, aprovechando el sol a sus espaldas para dificultar la visión de su oponente hacía este.
-Pues aquí hay unos oídos que sabrán escucharla y apreciarla. El joven capitán se mantenía a unos 15 metros por encima de la cabeza de su oponente.
"Realmente me gustaría oírla..."Pensó el capitán vigilante ante los movimientos de su enemigo.

OFF:

Spoiler:

De entre todas direcciones la voz del capitán no dejaba de gritar y balbucear extrañas palabras y preguntas absurdas sobre el pasado del arrancar, incluso logro escuchar su nombre y el rango que ostentaba dentro de las fuerzas shinigamis, sin duda el recién presentado capitán podía presumir de raudo movimiento.

-No te servirá de nada ocultarte a mi vista capitán- menciono al tiempo que escuchaba cada movimiento, podía fácilmente seguirlo con casi todos sus sentidos pero su cuerpo le impedía reaccionar suficientemente rápido como para arremeter con precisión a la pequeña mancha negra que resultaba para sus ojos –Puedo escuchar cada musculo contraerse en tu cuerpo y oler cada gota de sudor desprendida de tus poros- permaneciendo aun con los ojos cerrados ya que no era de confianza para tal combate y aun mas que, por alguna extraña razón, su vista comenzaba a decaer lentamente –Probablemente el cansancio- pensó el tercer espada ante el anormal hecho.

Localizando al shinigami sobre su cabeza le dirigió algunas palabra – Te propongo un trato pequeño capitán Shao, derrótame y sabrás mi historia, pero a cada minuto que tardes tu preciosa sociedad será devastada más y más- dirigiendo su tercera esfera hacia sí mismo de nueva cuenta, estallando en la gran columna de fuego desde la cabeza para alzarse hacia el capitán y expandiéndose a las estructuras aledañas –Sigue moviéndote Shao, si no te destruyo o no me detienes, el siguiente consumirá el mismo corazón de tu fortaleza blanca- dijo al tiempo que la columna flameante continuaba expandiéndose.

Las palabras que aquel ser dirigía hacía el capitán que muy concentrado en su plan se movía raudo. Ya en la altura escucho finalmente la proposición de su enemigo y no puedo evitar volver a sonreír por un instante, mas que un combate parecía estar volviéndose todo una competición.
-¡Trato hecho!-Dijo el joven para dirigirse en picado hacía el suelo esquivando de buena gana aquella esfera de fuego que al impactar sobre la cabeza del coloso destruyó todo a su alrededor, y provocó que los incendios comenzaran a extenderse hacía el siguiente distrito algo realmente peligroso y nada necesario.
-No lo hará!-Gritó en respuesta a la última afirmación del espada.

OST Del Momento
El capitán que colocándose frente al coloso daba la espalda al lejano Seretei, Clavó su espadón en el suelo y concentró en gran medida su energía espiritual.
-Una vez una mujer mas hermosa que una diosa y gran capitana de los escuadrones del Seretei dijo...¡Todo aquel aspirante a algun puesto en el cuartel de defensa de la Sociedad de almas debe sobrellevar el peso de la lucha hasta la muerte en su conciencia, solo aquellos que de mente despejada miren de frente al enemigo sin miramientos y demuestren con sudor y sangre el deber de defender hasta la muerte nuestro hogar!, esas fueron las palabras de Mina Makijina, una antigua capitana ejemplo para los futuros hijos de la sociedad de almas!-Tras el grito miro fijo a su oponente y de nuevo un gran plan había sido ya trazado en la mente de Hantei.

De un shunpo cargó de frente hacía su oponente pero su acometida pasó de largo yendo al edificio de detrás de su rival, pero al pasar por el lado de este libero una cantidad de energía espiritual muy especial.
-Consumidle!-Fue el grito proferido por el capitán, y de su espada almas fúnebres etérea se lanzaron contra los ojos del colosal espada. No obstante la acometida de Hantei no terminó ahí, aprovechando su rapidez y sin perder el factor sorpresa, rebotó con un shunpo en el edificio para llegar al mismo tiempo que las almas, pero en vez de atacar sus ojos lanzó una poderosisima estocada a la nuca de su oponente, que aunque no traspasara su blindaje cumpliría su cometido, liberando en una explosión muy extraña muchísimo reiatsu azul al alrededor del cuello de su oponente, a menos de 10 metros de este, soportando su calor a toda costa, y tras el ataque se alejó con una fuerte zancada a la posición en la cual estaba inicialmente, volviendo a clavar la espada en el suelo.
-Rindete...O el siguiente ataque será el último...-Dijo mirando fijamente a su oponente.

OFF:

Spoiler:

Por todas direcciones se lograron sentir grandes impactos, minúsculos contra la piel de ardiente carmesí, irritante sin duda. Ante la explosión la gran bestia volvió a elevar su reiatsu al máximo levantando sobre sus hombros las tres grandes esferas llameantes y contestando a las palabras del capitán

-Conmovedoras palabra capitán- rio burlescamente por tal sentimentalismo, en un arrancar le asqueaba y seguramente moriría en sus garras de demostrarlo ante él, pero en un humano o shinigami eso le causaba gracia, representaba un débil rastro su alma, una llaga la cual oprimir si se presentaba la ocasión – ¿Así que tanto aprecias tu hogar shinigami?- sonrió por ultimo bajo esa mascara. Dando media vuelta e ignoro por completo al capitán para adentrarse atravez de las destrozadas puertas del sereitei hacia sus profundidades.

Spoiler:

El capitán pudo comprobar como el colosal enemigo perdía poder, la sensación del calor que invadía la zona y hacía tan difícil la batalla ya no era tan fuerte, prácticamente lo notaba, mas bien por las llamas de su alrededor. No tardó en hacer presente sus palabras el Arrancar, aunque no fueran mas que alusiones de nuevo, y preguntas innecesarias.
OST Del Momento
-¿¡Acaso crees que no moriría por él!?-Gritó Hantei tras volver a agarrar su espada, viendo como su oponente de nuevo volvía a invocar las esferas que tan peligroso cometido le deparaban siempre.
-Recuerda nuestro trato...-Dijo el joven justo antes de llevar su espadón cerca de su frente, apoyando finalmente esta contra la hoja. Al bajarla el coloso pasó de largo justo por encima de él, algo que si no fuera por la fúria no le produciría ningún tipo de ira, pero el hecho de ver aquellos tres soles implicaba mas destrucción y Caos, no podía permitirlo.
-Te lo advertí...-Con un suave movimiento Hantei giró su cuerpo sobre si mismo para mirar en la misma dirección que lo hacía su enemigo, y aprovechando el propio movimiento de este, lanzó un rápido y preciso ataque en el mismo tobillo que momentos anteriores había herido, pero la hoja se detuvo sin tocarlo físicamente, solo hizo que el aura de la enfermedad volviera a introducirse violentamente dentro, y en dicho y fluido movimiento el Espadón fue enfundado en su espalda, trazado el ataque como si el capitán simplemente hubiera dado media vuelta y hubiera girado su espadón para guardarlo, sabiendo el verdadero resultado. No fue muy difícil impactarlo, dado que su enemigo por alguna razón decidió ignorar al joven capitán, y este no dudo en castigar a su oponente por cometer tal estupidez.
Sin embargo, tras el ataque un veloz shunpo hizo colocar al capitán frente a su enemigo, casi tan cerca de este que pareciera que si el coloso abriera la boca pudiera tragárselo. Hantei hizo de nuevo un fuerte movimiento con su espadón, no estaba lo suficiente cerca como para que este llegara a tocar su cara por 1 metro quizá dos. Hantei ya sabía el resultado de la batalla, pues su enemigo no había logrado descifrar la habilidad espiritual del capitán, y este no dudó en aprovecharlo al máximo.
"Quizás debí herirlo de nuevo...Pero siento que hasta este animal merece contar su historia..."Pensó mientras se alejaba un poco de su oponente en el mismo cielo y abría los brazos en señal de detenerlo.
-Rindete...Y marcha de nuevo al oscuro lugar al que perteneces...Ya has sido sentenciado, ha sido un combate impresionante pero ya basta!-Gritó el capitán, cuyas heridas cerradas hacía un momento volvian a sangrar por el fragor de la batalla, aunque no parecía que le dolieran lo mas mínimo. Solo pensaba en como haría para detener las esferas.
"Esas esferas...Caerán sobre mí, o sobre él pero no alcanzarán el Seretei..."
Hantei frunció el ceño muy seriamente y tomo su espadón con las dos manos, una 4ª parte de su reiatsu quedaba prácticamente para usar en la batalla.
-Te juro por mi honor que ni una sola esfera de esas logrará entrar en el Seretei! Kiai!-La presión espiritual cambió por un momento mientras el capitán esperaba ver las acciones de su oponente, pues esta vez no le había atacado físicamente para no irritarle, era prácticamente imposible que se hubiera enterado de que al mover la espada para guardarla el capitán había vuelto a infectar la herida del tobillo de su oponente, para luego elevarse e intentar hablar con él.

OFF:

Spoiler:

Se podían escuchar la voz orgullosa y férrea del capitán, firme ante la amenaza de adentrarse al sereitei, pero no podía impórtale menos al espada, la lucha ya se había alargado demasiado y su objetivo era la destrucción, no perdería mas tiempo en un solo individuo, a pesar de que habían llegado refuerzos de otra capitán.

-El trato sigue en pie capitán Shao, ansió ver como intentaras detener mi andar- continuando sin tomar mas en cuenta al los dos capitanes, abanicando la espada con el propósito de apartar al capitán.

Ante los ojos de tal oponente el capitán se armó de valor al ver como la enfermedad porfin causó el propósito por el cual en un inicio fue liberada. Al mismo tiempo que el Arrancar hablaba y daba claras intenciones de sus actos el joven capitán golpeo con un dedo la hoja de su arma que perdió aquel brillo azul.
"Ya no hace falta que sigas contaminando-le, su cuerpo no podrá asimilar mas la enfermedad..."Pensó y miró fijamente donde debían ir los ojos de su enemigo esperando su reacción, que no fue otra que retarle de nuevo.
-Observa con atención como...-Su hablar fue interrumpido por el fuerte movimiento de espada de su enemigo, que no es que no pudiera detenerlo, sino que prefería ganar distancia para su siguiente ataque por lo que simplemente se puso al lado contrario de la estela del ataque y retrocedió varios metros atrás hasta quedar seguro de que estaba fuera del radio de alcance.
-Consumidle...-Dijo y colocó su espadón pegado a su frente haciendo que brillara intensamente para liberar 5 almas de extraña índole que muy veloces se dispersaron separándose unas de otras, gracias al control telepata que Hantei poseía sobre ellas. Dos fueron dirigidas una a cada ojo, dos mas a los pies de este, y la otra parecía ir directamente hacía su pecho.
"Porque proteger a aquellos que me traicionaron antaño...Ouka...Hago lo correcto, pero a veces hacer lo correcto no es hacer lo correcto...Espero que estés orgulloso de mí..."Pensó mientras se concentraba en hacer explotar las almas enviadas hacía su enemigo, mantuvo una total concentración para apartarlas de su enemigo si este decidía inmolarse con otra de las esferas por lo que el alma que iba hacía el pecho cambió de dirección en el último momento para subir hacía sus ojos, en un intento de reforzar el daño lanzado.

OFF:

Spoiler:

Repentinamente el cuerpo de la colosal bestia no respondía como debería ser, a pesar de haber permanecido en completa oscuridad desde el principio, algo definitivamente se encontraba mal. Planeaba ignorarlo por más tiempo pero nuevamente la tenacidad del pequeño shinigami hacia gala en la batalla, lanzando la misma técnica que anteriormente había fracasado catastróficamente por lo que se encontraba completamente seguro de que su hierro bastaría para repeler el ataque sin mayor dificultad.

La burla y el desprecio había desaparecido ya algunos instantes atrás, mejor oponente no podía haber tenido, incluso los Espadas de mayor rango no merecían su respeto, débiles, muletillas de las huestes de Hueco Mundo, por lo que al momento de sentir el doloroso impacto de un supuesto ataque inútil, su sorpresa no fue tan grande como podría haber sido al principio de la batalla, mas no minaba completamente el desconcierto por semejante hazaña.

Una tremenda fuerza distribuida por todo el cuerpo del gigante lo hicieron colapsar a tierra, de espaldas golpeando con fuerza el suelo, agrietando su armadura y mermando significativamente sus energías. Respirando agitadamente se dirigió a su oponente

-¡Excelente pequeño capitán!- rió con fuerza ante lo acontecido, la batalla no había terminado aun pero lo había podido detener y su palabra debía ser cumplida y su historia revelada ante aquel que logro detener al indetenible. Levantándose con gran esfuerzo y aun tambaleante arrojo las tres esferas hacia las edificaciones visibles dentro de las murallas del sereitei, aniquilando y arrasando todo lo que alguna vez estuvo en pie solo para ser sustituido por cenizas para inmediatamente retornar a su apariencia normal, disminuyendo en tamaño, deteniendo el fuego a su alrededor, postrándose como antes de la batalla y esperando el juicio de que se había convertido en el cazador –Disfruta la victoria que te la has ganado, mi reto fue que me detuvieses, no que me derrotaras y lo haz hecho, reclama tu trofeo de cacería-

OST Del momento
El capitán abrió los ojos al instante en que las almas golpearon a su enemigo. Como si al hacerlo ganaran poder, una vieja costumbre forjada tras innumerables batallas, que al fin habían dado su fruto.
La caída del coloso llenó de alegría a Hantei que pudo volver a sonreír incluso tras todo el caos.
"Lo he detenido...Ouka...Pasé la prueba...Eh detenido a mi "Teohkles"..."Pensó el capitán, pero la reacción del espada no fue otra que volver a lanzar las esferas hacía el Seretei, lo cual provocó que Hantei no se moviera lo mas mínimo pasando estas por su lado casi apunto de alcanzarlo, no movió ni un dedo.

Al ver el fin del poder de su enemigo el capitán descendió para llegar hasta él, escuchó sus palabras y no puedo evitar volver a sonreír.
-Mi trofeo...Mi premio claro...-Clavó su espadón en el suelo y se sentó frente a Okami, apoyando su espalda contra la hoja que serviría de respaldo.
-Merezco dos cosas, la primera es tu historia, pues te eh vencido, y la segunda por detenerte, quiero saber tu nombre espada, siéntate y descansa ya terminó la batalla, y es hora de reflexionar...-Miró a su izquierda y derecha-...Lástima que no haya un buen Sake verdad?-Rió el capitán mientras esperaba la respuesta por parte del Arrancar.

El fuerte viento generado por la batalla aun mecía el lugar en el que se encontraban todos ellos, los capitanes y el Arrancar. Hantei se quitó la parte de arriba de la hakama mostrando cortes graves y quemaduras de 2º y 3er grado, lo había stado ocultando todo el tiempo pero en realidad los ataques de su oponente lo habían llevado al límite mas profundo.
-Tsk...Ah, como odio las quemaduras...-Rió el capitán mientras colocaba sus manos tras la cabeza y se apoyaba de nuevo en su espada. Hizo un gesto como al sentir un escalofrío.
"Brr...Si que estás frío..."Pensó mientras contemplaba sonriente el cielo, pues hace tiempo el joven capitán había aceptado la protección de las estrellas, y por lo cual no podía comunicarse con su zampakutoh a menos que ella lo quisiera.
-Ya, bueno...-La sonrisa del capitán se tornó en preocupación de golpe cuando sintió el reiatsu de otro oponente en el lugar y se levantó de golpe aún resentido por las heridas del combate.
-Arrancar vuelve a tu oscuro mundo no quiero verte más aquí! Shigure-Taicho asegúrese de que abandona este lugar yo iré a ayudar al comandante ya que estoy en calor por el fragor de la batalla cuídese capitana!-Sonrió el joven capitán al tomar su espadón y le guiñó un ojo en señal de seducción a la capitana, aunque por el estado físico en el que se encontraba quizás no hubiera causado ese efecto. De un fuerte shunpo se alejó de la zona.

No pudo más que aceptar las exigencias del que se alzaba con el triunfo, derrotado mas no humillado se dispuso a marcharse jurando regresar pronto con el propósito de concluir lo que ese día había comenzado. Con un gesto dio la media vuelta al tiempo que un oscuro portal se abría ante el dirigiendo unas ultimas palabras a la doncella shinigami que se había ofrecido a curar sus heridas

-Eres una tonta niña, jamás te apiades de un enemigo como lo han hecho tu y tu compañero, te aseguro que su débil sentimentalismo le costara la vida y le arrancara la felicidad a cientos en un futuro- dijo por ultimo al adentrarse al portal y alzando su mano hacia los cielos -¡Es hora de irnos!- retumbo con fuerza su gran poder recuperado por la ausencia de aquel que lo mermaba.

Rasgándose los cielos con un inmenso hueco oscuro, como si la realidad misma se rompiera ante los ojos de los presentantes, dejando ver las atrocidades de un mundo donde solo existe la oscuridad y la razón había sido sustituida por la demencia, por el instinto asesino de consumirlo todo. Chillando y aullando un sin fin de enormes criaturas abismales sin corazón y la mirada vacía fija en la nada reclamaban a sus hermanos de vuelta a su lúgubre hogar, los esbirros infernales demandaban a los portadores de la perdición que vendrían en los tiempos mas desesperados a concluir lo que se había desatado.

Un gran as de sombría energía se precipito de lo alto, desde aquel portal, silbando al cortar el viento y rugiendo al destrozar los cimientos de la tierra al impactar y rodear a la Espada con el propósito de arrastrarla de vuelta a Hueco Mundo, augurando su regreso y la llegada de la noche mas oscura del mundo espiritual.

Spoiler: